HISTORIA DE LOS BOMBEROS EN EL MUNDO

CUARTA ENTREGA

PRIMERAS MÁQUINAS DE EXTINGUIR INCENDIOS


Mientras los europeos luchaban por mejorar los sistemas de extinguir incendios, los Estados Unidos de América, un pueblo nuevo para aquella época, también sentía, lamentaba y sufría, los estragos causados por los incendios y conflagraciones. Apuntes dignos de créditos demuestran que allá para el año 1648 la ciudad de Nueva York, conocida entonces como New Amsterdam, ordenó a Holanda un cargamento de escaleras, garfios y cubos de cuero. En el 1731 dos máquinas construidas por Newsham fueron importadas de Londres y llegaron a New York el primero de diciembre de 1731."

Es muy probable que éstas hayan sido las primeras máquinas de extinguir incendios usadas en el nuevo mundo. La primera máquina para la extinción de incendios construida en los Estados Unidos de América, fue diseñada y construida por Anthony Nochols en la ciudad de Philadelphia en el año 1732. Un año más tarde los hermanos Tomás y José Hill construían la segunda en Boston, Massachusetts. A pesar que durante los años comprendidos entre 1732 y 1768 muchos y variados estilos de máquinas y bombas fueron construidas en los estados Unidos de América, ninguna era tan eficiente como la Newsham y muchas ciudades americanas la adquirieron. Las mejoras más importantes introducidas al equipo de combatir incendios desde la época del desarrollo de la máquina Newsham ocurrieron en el año 1832, cuando toda la ciencia fue revolucionada con un equipo capaz de succionar agua de un recipiente.

LA PRIMER MANGUERA


Mientras tanto, en Europa ocurría otra revolución en la ciencia de combatir incendios. En la ciudad de Amsterdam, Holanda, y en el 1672, desarrollaron un nuevo equipo y una nueva técnica y equipo que han sido, desde la fecha de su desarrollo, la piedra angular de todo Cuerpo de Bomberos en el mundo entero. La primera manguera de extinguir incendios surgió en el 1672 en Amsterdam, Holanda. Muy parecida a las mangueras en uso en los actuales momentos, estaba construida de cuero y en trozos de cincuenta pies de largo, con uniones de bronce en ambos extremos. El invento de las mangueras puso fin a la época de los cubos de cuero. Ya no había necesidad de exponer las vidas de los bomberos, así como el equipo, ya que con el nuevo sistema de mangueras, las máquinas podían colocarse a mayor distancia del edificio incendiado y evitar así que bomberos y equipo fueran víctimas de las llamas.

Fue este el comienzo del sistema de atacar el incendio en su base. Hasta esta fecha los bomberos tenían que contentarse con lanzar chorros de agua desde las máquinas y a través de las ventanas y puertas. Es sorprendente notar la lentitud con que se generalizó el uso de la manguera en América. No fue hasta el 1811, “139 años más tarde”, que la primera manguera de cuero fue fabricada en los Estados Unidos, en la ciudad de Philadelphia por A.L. Pennock y James Sellers.



La primera "máquina de apagar fuegos" construida por los señores Pennock y Sellers fue entregada a la ciudad de Providence, en el estado de Rhode Island, en el 1822, y constituyó uno de los acontecimientos más comentados de la época. Los periódicos de aquellos días llamaron a esta pieza de equipo "una de las grandes invenciones de la época". Desde ese día, todas las máquinas fueron construidas con bombas capaces de succionar y con éstas surgió la era Romántica en la historia de los Bomberos, la que terminó 30 años más tarde con la invención de la bomba movida por vapor y la organización de los bomberos profesionales con sueldos fijos.

Fue durante estos 30 años que se escribieron en la historia de América, las páginas más pintorescas en relación con las organizaciones de bomberos. Como cada máquina o "Bomba" llevaba solamente 300 pies de manguera, varias brigadas tenían que interconectar su equipo para poder llegar desde la fuente de abastecimiento hasta el incendio. Muy lejos de aquellos bomberos estaba el espíritu de colaboración. Cada brigada trataba de bombear mayor cantidad de agua que lo que la próxima bomba podía absorber ocasionándole daños y exponiendo a sus bomberos al ridículo.

El individualismo, tan peligroso en los Cuerpos de Bomberos, imperaba en todos los bomberos de estos años. Cada jefe trataba de exponer al ridículo a los otros Jefes; cada bombero trataba de ridiculizar a los otros bomberos. No hubo un incendio, por pequeño que éste fuese, que no comenzase y terminase con luchas y peleas entre los bomberos. Esta rivalidad dio motivo a centenares de alarmas falsas, dadas con el único fin de dar oportunidad para una lucha.

PRIMERA BOMBA DE VAPOR


En el año 1829 y en la ciudad de Londres, el famoso ingeniero George Brathwaite inventó la "máquina de vapor". En su invento fue grandemente ayudado por el Capitán John Ericson, quien más tarde se cubría de gloria y fama al construir el barco monitor que tan prominente sitial ocupara en la Guerra Civil de los Estados Unidos.

La primera bomba de vapor pesaba doce toneladas y media, tenía un motor capaz de desarrollar diez caballos de fuerza y lanzar 250 galones de agua por minuto. Debido a lo enorme de su peso era muy poco manuable y pronto cayó en desuso. En el 1832 Brathwaite construyó otra de esas máquinas para la cuidad de Berlín, pero tampoco tuvo éxito. En el año de 1841, el señor Paul R. Hodge, de la ciudad de Nueva York, inventó una "Bomba" que era movida por la presión del vapor producido por una caldera. Fueron también ocho toneladas de peso, el principal motivo de su fracaso. Aunque en una exhibición en la Alcaldía de Nueva York, el 27 de marzo de 1841, esta máquina lanzó tres potentes chorros de agua, resultaba muy difícil de manipular en los incendios, terminando su vida útil como pieza histórica en un museo.



En enero de 1840 el instituto de Mecánicos de Nueva York ofreció una medalla de oro como premio para el que produjera los mejores planos para una bomba de vapor. El premio lo ganó John Ericson. Entre las mejores bombas y máquinas de extinguir incendios construidas durante el siglo XIX, ocupan lugar destacado las fabricadas en los años 1852 al 1856 en la ciudad de Cincinnati por la firma A.B. & E. Latta. El costo de una de las máquinas ascendía a $7,925.00.

En la historia Americana, el señor Latta está reconocido como uno de los mejores genios de su época, así como uno de los inventores más prolíficos. El equipo de su fabricación fue usado por las más importantes ciudades, siendo la ciudad de Boston de las primeras en adquirirlas (24 de febrero de 1855).



Para mediados del siglo XIX el problema mayor en los departamentos de Extinción de incendios lo constituía el peso del equipo. Se había demostrado que las bombas a vapor eran más convenientes que las movidas a mano. Varias asociaciones y firmas se dieron a la tarea de fabricar equipos de combatir incendios, usando como guía la máquina de vapor inventada por el señor Latta.